Ya desde el año pasado
se hacen muy notables las manifestaciones en contra de los recortes
que están llevando a cabo los gobiernos, arremetiendo muy fuerte
contra la educación y la sanidad. Tanto es así que tras el 15M
nació la famosa “marea verde” como protesta a los recortes en
profesorado interino y en la calidad de la enseñanza.
Comenzaron con la
Comunidad de Madrid y se expandió hacia otras comunidades como
Cataluña. Las protestas han sido importantes, pero el avance, por
ser optimistas, ha sido mínimo. Los primeros recortes se empezaron a
notar en los institutos y colegios públicos. Pasado un año, y
cuando la crisis más aprieta, llega también a las universidades de
toda España. Las rebajas que se están haciendo son máximas,
afectando a las aulas, por supuesto.
Ayer, tuve que presenciar
la situación más lamentable en todo lo que llevo de carrera
universitaria, pues tras una modificación, sin previo aviso, del
horario establecido, nos encontramos con que estábamos en un aula
donde se había juntado al doble grado de periodismo y comunicación
audiovisual de primer y segundo curso para dar una misma asignatura.
Esta situación se transformó en que los más de 80 alumnos por
clase, (podemos mentir y decir 25-30 según estipula Bolonia) se
sumaron unos 160 alumnos en total, estaban enlatados en un aula de
unos 90 asiento, si llega. La situación derivó en gente sentada por
los pasillos e incluso, un servidor, debajo de los percheros. Con
toda la indignación y gracias a que los de segundo año ya habían
recibido la presentación, nos quedamos los alumnos de primero,
continuando la clase como si nada hubiera ocurrido. Todo este enredo
se achaca a que los recortes han hecho que no haya suficiente
profesorado para todos los alumnos, pero lo paradójico del asunto es
que esta asignatura cuenta con 15, sí, QUINCE profesores a su
disposición.
Pero estos recortes no
son suficientes, cuando la crisis aprieta, se nota mucho la falta de
dinero en todos lados. Esto descontenta a la población, con toda la
razón del mundo, pues tenemos en nuestras filas a una clase política
digna de ser apaleada. La corrupción y el robo de capital público
es lo más normal en este país y lo más triste de todo es que toda,
y cuando digo toda, me refiero a TODA, la clase política está
embarrada y contaminada por tramas de corrupción.
En este país no se salva
ni la familia real, y es que se está desmantelando una España que
era totalmente insostenible, pues la avaricia de los políticos y
altos cargos es tal que cuanto más tenían, más querían. En lo más
alto está el caso de la familia real, donde el señor Urdangarín ha
tenido el poco valor ético y moral de utilizar una fundación para
niños discapacitados con el fin de lucrarse y robar dinero. De
verdad, ¿dónde están los límites del ser humano?, somos peores
que cualquier otra especie anterior.
Toda la corrupción se
sube al carro de la crisis y añade un poco más de peso a esta
pelota que como diría el pueblo “no hay dios que se la trague”.
Así aún con el reciente cambio de gobierno, vienen más recortes
por todos los lados. La gente teme el año mariano, si
les soy sincero, yo también, pero este año mariano no es sino una
legislatura de fortísimas medidas económicas, muy necesarias, para
poder paliar la gran deuda y falta de liquidez que tenemos
actualmente.
Los
recortes del PP nos están ahogando aún más, y por supuesto hay que
luchar contra la falta de medios y la falta de consideración de los
derechos humanos, pero no solo hay que cargarle el muerto al señor
Rajoy, sino también a ese magnífico presidente que hemos tenido
durante ocho años, y que por miedo a ver su integridad socialista en
peligro, nos ha hundido un poco, bastante, más en esta gran crisis
económica.
Con esto y por no aburrir más al
personal, me despido, teniendo muy presente cual es la situación
actual de la vida, cual fue en tiempos mejores, y esperando con
optimismo la situación futura.
Me ha encantado. Muy, muy cierto todo.
ResponderEliminarme gusta! muy crítico :)
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