viernes, 6 de enero de 2012

When the times were better, comienza


¿Os habéis parado a pensar alguna vez en lo que se está convirtiendo este mundo? ¿Dónde vamos a llegar y cómo vamos a llegar?. El mundo se ha convertido en cifras, marcas, empresas, beneficios, perdidas y crisis. Y es que yo no conozco momento maduro en el que no se hablara de la crisis y del panorama actual del que estamos siendo protagonistas. Un panorama en el que la gente trabajadora ya no tiene trabajo, ya no tiene donde vivir porque las empresas obsesionadas en sus beneficios y pérdidas han traspasado la barrera de lo moral y lo ético y se han pasado a lo deshumano, se han pasado a dejar a familias en la calle porque no pueden pagar un crédito-negocio que habían firmado.
Se quedan en la calle porque no son una fuente de dinero como otras inversiones que tienen, que a pesar de tener deudas generan dinero y son importantes. ¿Dónde vamos a llegar? Estamos en un punto en el que un aceite negro que sale del subsuelo  y que cuesta millones extraerlo hace que personas caguen en baño de oro y controlen el mundo ejerciendo monopolio con el simple acto de cerrar un grifo mientras que otras se ven asfixiadas por los impagos y por una situación que les desborda en todos los niveles. Es muy grave esto, y más grave es que no es la primera vez que pasa, qué razón tiene el dicho de que el ser humano es el único capaz de tropezar dos veces con la misma piedra, y es que no es la segunda ni la tercera. Mal momento para el hombre cuando se inventó la moneda, o quizás, y muy probablemente, no sea culpa de la moneda sino de ese afán que siempre ha tenido el hombre por poseerlo todo y ser avaricioso. Siempre que se ha querido tener todo se ha acabado mal y esta situación no iba a ser la excepción.
Nos estamos alejando de los principios del ser humano y de lo que de verdad debe primar por encima de todo, la humanidad, pues sin ella no podríamos llegar a estos límites desorbitados pero tampoco podríamos ser ese animal racional que tiene una ventaja sobre el medio y que paradójicamente no la está utilizando de forma racional. Hay que reflexionar todos los días sobre dónde vamos a llegar y cuál es el camino más idóneo para conseguirlo. Lo humano y lo racional debe primar sobre el instinto animal que aunque creamos que no usamos, pues estamos hablando de economía y política, conceptos creados por el hombre, abusamos y mucho de él.

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