martes, 17 de enero de 2012

¿Año Mariano?


Ya desde el año pasado se hacen muy notables las manifestaciones en contra de los recortes que están llevando a cabo los gobiernos, arremetiendo muy fuerte contra la educación y la sanidad. Tanto es así que tras el 15M nació la famosa “marea verde” como protesta a los recortes en profesorado interino y en la calidad de la enseñanza.
Comenzaron con la Comunidad de Madrid y se expandió hacia otras comunidades como Cataluña. Las protestas han sido importantes, pero el avance, por ser optimistas, ha sido mínimo. Los primeros recortes se empezaron a notar en los institutos y colegios públicos. Pasado un año, y cuando la crisis más aprieta, llega también a las universidades de toda España. Las rebajas que se están haciendo son máximas, afectando a las aulas, por supuesto.
Ayer, tuve que presenciar la situación más lamentable en todo lo que llevo de carrera universitaria, pues tras una modificación, sin previo aviso, del horario establecido, nos encontramos con que estábamos en un aula donde se había juntado al doble grado de periodismo y comunicación audiovisual de primer y segundo curso para dar una misma asignatura. Esta situación se transformó en que los más de 80 alumnos por clase, (podemos mentir y decir 25-30 según estipula Bolonia) se sumaron unos 160 alumnos en total, estaban enlatados en un aula de unos 90 asiento, si llega. La situación derivó en gente sentada por los pasillos e incluso, un servidor, debajo de los percheros. Con toda la indignación y gracias a que los de segundo año ya habían recibido la presentación, nos quedamos los alumnos de primero, continuando la clase como si nada hubiera ocurrido. Todo este enredo se achaca a que los recortes han hecho que no haya suficiente profesorado para todos los alumnos, pero lo paradójico del asunto es que esta asignatura cuenta con 15, sí, QUINCE profesores a su disposición.
Pero estos recortes no son suficientes, cuando la crisis aprieta, se nota mucho la falta de dinero en todos lados. Esto descontenta a la población, con toda la razón del mundo, pues tenemos en nuestras filas a una clase política digna de ser apaleada. La corrupción y el robo de capital público es lo más normal en este país y lo más triste de todo es que toda, y cuando digo toda, me refiero a TODA, la clase política está embarrada y contaminada por tramas de corrupción.
En este país no se salva ni la familia real, y es que se está desmantelando una España que era totalmente insostenible, pues la avaricia de los políticos y altos cargos es tal que cuanto más tenían, más querían. En lo más alto está el caso de la familia real, donde el señor Urdangarín ha tenido el poco valor ético y moral de utilizar una fundación para niños discapacitados con el fin de lucrarse y robar dinero. De verdad, ¿dónde están los límites del ser humano?, somos peores que cualquier otra especie anterior.
Toda la corrupción se sube al carro de la crisis y añade un poco más de peso a esta pelota que como diría el pueblo “no hay dios que se la trague”. Así aún con el reciente cambio de gobierno, vienen más recortes por todos los lados. La gente teme el año mariano, si les soy sincero, yo también, pero este año mariano no es sino una legislatura de fortísimas medidas económicas, muy necesarias, para poder paliar la gran deuda y falta de liquidez que tenemos actualmente.
Los recortes del PP nos están ahogando aún más, y por supuesto hay que luchar contra la falta de medios y la falta de consideración de los derechos humanos, pero no solo hay que cargarle el muerto al señor Rajoy, sino también a ese magnífico presidente que hemos tenido durante ocho años, y que por miedo a ver su integridad socialista en peligro, nos ha hundido un poco, bastante, más en esta gran crisis económica.
Con esto y por no aburrir más al personal, me despido, teniendo muy presente cual es la situación actual de la vida, cual fue en tiempos mejores, y esperando con optimismo la situación futura.

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